Mayo de 1890. Vicent Van Gogh (Jacques Dutronc) llega a Auvers-sur-Oise y se instala en la modesta pensión Ravoux. Allí se hace amigo del doctor Gachet (Gérard Séty), admirador de su obra, y de su hija Marguerite (Alexandra London). Entregado a la pintura y obsesionado por captar el fluir de la naturaleza y el temperamento de las gentes que conoce, su vida oscilará entre sus estancias en casa de su hermano Théo (Bernard Le Coq) y sus encuentros con una prostituta (Elsa Zylberstein). Apesadumbrado por ser una carga para su hermano, viendo que su obra no es reconocida por los santones del mercado del arte y temiendo un nuevo ataque de locura, tomará una dramática decisión.